lunes, 9 de julio de 2007

¿Por qué lo llamo así?











Píldoras azules,
de Frederik Peeters.

Astiberri, Bilbao, 2007.




Porque hace poco encontré este tesoro en un montón de libros de una librería de mi ciudad. El título me resultó familiar, pero no me resultó evocador, pues no me sirvió para "llamar a los espíritus y a los muertos, suponiéndolos capaces de acudir a los conjuros e invocaciones", como dice el DRAE. No he sentido ganas de llamar a ningún muerto ni a ningún espíritu. Si acaso, al mío. Pero más bien todo lo contrario.

Después de leerlo he sentido mil cosas a la vez, quizá algunas todavía se me atragantan y seguiré poco a poco digiriéndolas. Otras me han puesto a cien el corazón. Como que alguien pregunte "¿Por qué me quieres?" y que la respuesta de su compañero de colchón sea "Porque cuando atraviesas un paso de cebra parece que le haces el amor a la calle entera". O que tres páginas de justificación de ese amor contracorriente terminen con un "porque, al contrario de lo que crees, de todas las personas que conozco, eres la mejor dotada para la vida".

Que lo disfrutéis tanto como yo. Y que mandéis a tomar por culo al VIH.

No hay comentarios: