domingo, 27 de junio de 2010

SMS

He borrado tu número de mi móvil, te he eliminado de mi lista de amigos en Facebook y te estoy sacando de mi mente. Ese es mi regalo de cumpleaños. Lo siento: no tengo el ticket para que lo cambies si ya lo tienes. Esta caja de rencor no se puede devolver ni cambiar.

martes, 15 de junio de 2010

Aprende, Obama

Siempre he estado muy satisfecho con la calidad de la atención sanitaria en España. Desde mi infección he pasado por varios médicos, en varios hospitales y en varias comunidades autónomas (cosas del trabajo). El caso es que en cualquiera de esas consultas, frías y tristes de entrada, me he sentido como un amigo, más que como un paciente. ¡Qué gusto da ir a un sitio sin mentir, sin esconder nada, y donde siempre te dan buenas noticias!

"¿Qué tal estás? ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal de ánimos?". Nunca faltan las buenas palabras, el apretón de manos, la mirada directa y sana a los ojos. La palabra clave ('indetectable') suena en cada visita y siempre salgo con las buenas noticias, el canastito de píldoras para varios meses y la cita para la próxima inyección de buen humor en unos meses. Hay que pasar por varios departamentos (la consulta, la farmacia, el mostrador de citas) y nunca tardo más de hora y media, como mucho. Como un reloj, todos: los médicos, farmacéuticos, enfermeras y auxiliares.

En fin, que desde que empecé con un tratamiento hasta hoy, he pasado por diferentes combinaciones de drogas buenas. Cuatro pastillas, luego dos (una de ellas, azul... claro), hasta hoy una combinaba los tres fármacos... y, ahora, a tomarlos otra vez los tres componentes por separado. Tres píldoras antes de dormir. ¿Por qué? Porque han decidido presionar a la farmacéutica comprando uno de los tres medicamentos en presentación genérica, "infinitamente más barato" que el de marca. "Con la crisis no estamos para gastarnos 50 euros en cada pastilla".

¡Ole los cojones del hospital! ¡Así se hace! Me parece una locura el precio del tratamiento. Vale que hay que investigar y todo eso... pero de ahí a que el departamento o consejería de sanidad correspondiente pague 1.500 euros al mes por paciente a la empresa de turno hay un paso que no debemos dar. Yo mismo gano más o menos esa cantidad al mes para todos mis gastos. Así que enhorabuena al hospital (y a todos los otros que están haciendo lo mismo frente a los abusos de las corporaciones sanitarias privadas).

A ver si tomas nota, Barack.

domingo, 13 de junio de 2010

Como un trapo

Lo peor que puedes hacer un día cualquiera es tomarte la dichosa píldora azul (bueno, ahora son rojas, pero para el caso es lo mismo) por la mañana. El médico te recomienda tomarla siempre por la noche, antes de dormir, para que el sueño evite que la bofetada te llegue mientras estás consciente. No sé qué coño tienen dentro las pastillas, pero te hacen sentirte como si fueras un trapo: sin ganas de andar, de pensar, de escuchar nada que no sea el silencio. Es como una droga que te da un mal viaje.

Estoy sintiendo escalofríos, cierto dolor de cabeza, ganas de acostarme todo el día y no saber nada del mundo hasta mañana. Pero más allá de eso, las putas atriplas y la necesidad de tomarlas cada día para no complicar más las cosas es una tortura que me recuerda que la vida no volverá a ser la misma.

Da igual que salga por ahí, que me conecte a alguna web de contactos. Que intente obviar este martirio para mirar adelante y volver a tener esperanza. La píldora diaria hace que las ganas de cualquier cosa se supediten a la borrachera.