domingo, 12 de diciembre de 2010

Un, dos, tres

Por veinticinco pesetas, díganos cosas grandes como, por ejemplo, el océano Atlántico.

- El océano Atlántico.
- La cara dura de Zapatero.
- La sonoridad de una sinfonía de Mahler.
- El sueño que te queda cuando suena el despertador el lunes.
...
- Los huevos de quien hace como que no te conoce cuando está con sus amigos en un congreso en el que coincidís y, sin embargo, se acerca a saludarte cuando estás con los tuyos tranquilamente tomando una cerveza en un bar. Ese que tiene la gallardía de decirte "quiero volver a verte" y nunca más se supo. El que llega a la conclusión de que no quieres que te vean con él y te suelta que "te veo incómodo", como si te conociera de algo. El que te pidió que no escribieras nada en tu blog sobre su reacción infantil a la noticia de que eres seropositivo porque "necesito tiempo". El mismo que se despide diciendo "llámame un día" y nunca te dio su teléfono. Ese mismo que...

Campana y se acabó.

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