martes, 15 de junio de 2010

Aprende, Obama

Siempre he estado muy satisfecho con la calidad de la atención sanitaria en España. Desde mi infección he pasado por varios médicos, en varios hospitales y en varias comunidades autónomas (cosas del trabajo). El caso es que en cualquiera de esas consultas, frías y tristes de entrada, me he sentido como un amigo, más que como un paciente. ¡Qué gusto da ir a un sitio sin mentir, sin esconder nada, y donde siempre te dan buenas noticias!

"¿Qué tal estás? ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal de ánimos?". Nunca faltan las buenas palabras, el apretón de manos, la mirada directa y sana a los ojos. La palabra clave ('indetectable') suena en cada visita y siempre salgo con las buenas noticias, el canastito de píldoras para varios meses y la cita para la próxima inyección de buen humor en unos meses. Hay que pasar por varios departamentos (la consulta, la farmacia, el mostrador de citas) y nunca tardo más de hora y media, como mucho. Como un reloj, todos: los médicos, farmacéuticos, enfermeras y auxiliares.

En fin, que desde que empecé con un tratamiento hasta hoy, he pasado por diferentes combinaciones de drogas buenas. Cuatro pastillas, luego dos (una de ellas, azul... claro), hasta hoy una combinaba los tres fármacos... y, ahora, a tomarlos otra vez los tres componentes por separado. Tres píldoras antes de dormir. ¿Por qué? Porque han decidido presionar a la farmacéutica comprando uno de los tres medicamentos en presentación genérica, "infinitamente más barato" que el de marca. "Con la crisis no estamos para gastarnos 50 euros en cada pastilla".

¡Ole los cojones del hospital! ¡Así se hace! Me parece una locura el precio del tratamiento. Vale que hay que investigar y todo eso... pero de ahí a que el departamento o consejería de sanidad correspondiente pague 1.500 euros al mes por paciente a la empresa de turno hay un paso que no debemos dar. Yo mismo gano más o menos esa cantidad al mes para todos mis gastos. Así que enhorabuena al hospital (y a todos los otros que están haciendo lo mismo frente a los abusos de las corporaciones sanitarias privadas).

A ver si tomas nota, Barack.

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