sábado, 18 de septiembre de 2010

Seems like old times




Seems like old times, having you to walk with,
Seems like old times, having you to talk with.
And it's still a thrill just to have my arms around you,
Still the thrill that it was the day I found you,
Seems like old times, dinner dates and flowers,
Just like old times, staying up for hours,
Making dreams come true, doing things we used to do,
Seems like old times, being here with you.


Acabo de conocer este viejo standard al ver, por primera vez en mi vida, la mítica Annie Hall de Woody Allen. Hoy es otro de esos días en los que siento que la vida está demasiado bien organizada como para ser parte del azar. Hay un guionista escribiéndola en algún sitio y disfrutando haciéndonos putadillas sin importancia pero perfectamente planificadas. Sin duda.

¿Cómo, si no, se explica que de todas las películas que tengo en la estantería aún sin ver haya escogido esta hoy, precisamente el día después de cenar con mi ex y un amigo común? ¿A qué se debe que al despedirnos tuviéramos un pequeño e intrascendente desencuentro verbal y que, justo después de irse él, mi amigo me mirara y me dijera "hay que ver, parece que todavía os gustáis"? ¿Es casualidad que sonáramos como hace años? No lo creo.

En realidad, para mi alegría y alivio, parece que he ido encontrando el lugar exacto en el que colocar a mi ex dentro de mi vida. Durante el tiempo que estuvimos juntos, unos tres años mal contados, llegué a echarlo de más. Luego me fui de erasmus a Suecia y no dejé, ni un solo día, de echarlo de menos. Incluso cuando volví tuvimos nuestra noche de reencuentro que terminó con él haciéndose el dormido y yo durmiendo de verdad para no tener que despedirme de él. Desde aquel día, decidí no volver a verlo nunca más y tratar de superar su memoria. Sin conseguirlo, claro está.

Hace ya unos seis años de aquello. Hace cosa de uno, mi obsesión por saber de él me llevó a buscar su nombre en google y a descubrir su página personal, en la que muestra un (hasta entonces desconocido para mí) gran talento para producir materiales relacionados con mi vida laboral, con mi trabajo. No dudé en llamarlo ni un momento. "Quién sabe", pensé, "podemos trabajar en algo juntos y quizá pueda por ahí empezar a seducirlo otra vez". Sin embargo, a medida que fuimos viéndonos otra vez me di cuenta de que habíamos alcanzado el punto justo. Él está en otra relación y yo estoy solo. Siento que los rescoldos que tengo humeando en mi interior van a seguir siempre encendidos y, aún así, no puedo ni quiero entrometerme en su relación, más aún cuando no puedo ofrecerle volver a la ingenua entrega de los veinte años. Han pasado muchos años, he pasado por mucho y ya nada es lo que era. Por fin está donde tiene que estar, ni muy cerca para que vuelva a aburrirme, ni muy lejos para que vuelva a idealizarlo. Como un conocido más. "Nunca va a dejar a su novio", vaticinó mi amigo después de despedirnos de él. Para qué decir más.

Y de repente, aparece esta 'Seems like old times' y vuelvo a recordar cómo era abrazarlo. Con la cena de ayer recordé, una vez más, el color de sus ojos, la forma de su nariz, el encanto de sus manos. Cómo me gustaba salir a cenar y hablar de cualquier cosa. El día que nos conocimos. Todo, el día después de cenar y reír, de hablar, de beber unas cervezas en una terraza. Justo hoy he tenido que escoger Annie Hall de la estantería. Justo hoy. Me cago en el guión.

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