En nuestra última cita, la pasada noche, era una tarde calurosa e íbamos en un autobús urbano cuando tres estudiantes americanas empezaban a lanzarte flechas, a ver si te cazaban. Y recuerdo perfectamente tu voz diciéndoles "I'm not much into women", mientras volvías tu mirada, tan azul, hacia mí para sonreír. Una de ellas encendía después un cigarro y entonces tú ibas hacia el conductor para avisarlo de la infracción. Siempre has sido así de correcto.
Hoy me espera un día infernal en el trabajo y con varios encargos que tengo pendientes (¡sin ninguna gana!). Lo único que quiero ahora es que llegue la noche y volver a encontrarte, no sé dónde nos veremos.
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