jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Fue posible que yo no te supiera
cerca de mí, perdido en las miradas?

Los ojos me dolían de esperar.
Pasaste.

Si apareciendo entonces
me hubieras revelado
el país verdadero en que habitabas!

Pero pasaste
como un Dios destruido.

Sola, después, de lo negro surgía
tu mirada.

Jaime Gil de Biedma


Con el gran Gil de Biedma empezará una carta que recibirás muy pronto. Hoy he empezado a escribirla a modo de declaración de independencia. Diez años después, quiero por fin desprenderme de tu recuerdo. No quiero verte ni siquiera en esos sueños que vivo con más alegría que mis vigilias. Tu mirada, que surgía de lo negro de mi prehistoria, es hoy un cielo que ‑a pesar de su azul intenso‑ me agobia como nunca.

No hay comentarios: